Caso: Este caso
fue vivido por el propio equipo de Ya Escribo Yo por Ti. Sucedió durante un
vuelo Londres – Madrid en el que nuestro equipo viajaba en turista, un par de
semanas antes de unas Navidades. Como somos muy observadores, nos dimos cuenta
de que el espacio de turista estaba siendo atendido por una única azafata, con
una diligencia y un entusiasmo espléndidos. Por otra, para atender a
los pasajeros de business había nada menos que cuatro personas, la
desproporción nos pareció tan escandalosa que pedimos las hojas de
reclamaciones para “quejarnos” alabando el trabajo de la azafata dedicada a la
clase turista. Es decir, los “turistas”, más del 80% del pasaje, estábamos
siendo atendidos, y muy bien atendidos, por solo el 20% de los tripulantes de
cabina, alabamos el trabajo de nuestra azafata y la sobrecargo se puso roja.
Resultado: Por
una parte, agradecimientos al equipo de Ya Escribo Yo por Ti, por parte de la
sobrecargo, al recibir elogios de un miembro de la tripulación. Por otra parte,
efusivo agradecimiento de la azafata al transmitirnos que acabábamos de hacerle
un bonito regalo de Navidad y para finalizar y muy acorde con las fechas que se
acercaban: cava, nos obsequiaron con cava. El pasaje que había a nuestro
alrededor no sabía que pasaba, pero, nos veían felices.
Nota del equipo de Ya
Escribo Yo por Ti: Por hacer un símil sobre la rentabilidad en la bolsa,
éxitos pasados no garantizan éxitos futuros.